Reseña Una niña llamada Rose de Ann M. Martin

Rose Howard está obsesionada con los homónimos. Le fascina que su nombre tenga un homónimo en realidad, un homófono y, a propósito, le da a su perra un nombre con dos homónimos: Rain (Rein, Reign). Esto, según las reglas de Rose sobre los homónimos, es muy especial. No todo el mundo entiende las obsesiones de Rose ni sus reglas ni muchas de las otras cosas que la hacen diferente. No lo entienden ni sus maestros ni los otros niños ni su padre, que la ha criado él solo.

Cuando una tormenta azota su pueblo, los ríos se desbordan inundando los caminos y Rain se pierde, el padre de Rose sabe que no debería haber permitido que la perra saliera. Ahora Rose tiene que encontrarla, aunque ello implique dejar de lado su rutina y los lugares seguros a los que pueda volver.

Rose es una niña de 12 años que vive en un pequeño pueblo de Nueva York con su padre y su perra Rain. Pero Rose no es como los demás niños de su edad porque ella tiene obsesión por los homónimos (palabras de distinto origen y que tienen la misma forma, es decir, la misma pronunciación o la misma escritura, como por ejemplo As, que significa "naipe" o "campeón", y has, que es una forma verbal de haber), por cumplir las reglas y los números primos, y es que sufre el síndrome de Asperger. 

No todos la entienden, ni siquiera su padre tiene la paciencia suficiente, pero cuenta con el apoyo de su tío Weldon y su inseparable Rain.  Sin embargo, una supertormenta azota su ciudad y al día siguiente descubre que su perra ha desaparecido, así que Rose hará todo lo que esté en su mano para localizarla, empezando por idear un plan que la llevara a hacer cosas que nunca antes se habría atrevido.

Si os soy sincera al principio la novela no me estaba gustando mucho e incluso hasta casi la mitad seguía sin conectar con la historia, pero cuando llega la parte de la supertormenta y la desaparición de Rain, de las cosas que hace Rose, todo cambió y empecé a leerlo con más ganas; y a partir de ese momento sí que mereció la pena haberme embarcado entre sus páginas. Y es que ese inicio -aunque entiendo que es para que veamos como funciona la mente de Rose y entendamos sus manías-, me resultaba repetitivo e insulso, no sabía muy bien que esperarme si continuaba así, porque está narrado de manera muy peculiar, la propia protagonista nos cuenta de que van a ir los capítulos, presentándose a ella misma con sus pensamientos y todo lo que sucede en su vida pero también su casa, su colegio o su padre. Además, como es ella la que lleva la voz cantante pues vemos repeticiones de los homónimos cada vez que se pone a analizar una frase, encuentra un nuevo par o cuando está nerviosa como se pone a recitar los números primos, y claro todo esto me desconectaba de lo que estaba leyendo y aunque me parecía original me resultaba cansado. Ahora con la novela finalizada interpreto esa primera parte de otra forma, porque aunque no me haya encantado, la autora quería presentarnos de la manera más natural la personalidad de Rose y algunas de las características de las personas autistas... y lo consigue, no sé mucho sobre el autismo pero se nota que se ha documentado y con esta novela puedes saber un poco más de este trastorno poco conocido.

En cambio, a partir de la segunda parte hay una gran evolución tanto de la historia como del personaje principal y esta parte está rebosante de encanto, ternura, sentimientos y emociones. Tiene una trama más encauzada y me ha encantado todo, desde la búsqueda al desastre de la tormenta y por encima de todo los lazos que unen a Rose con Rain o con su tío Weldon, existe una conexión con ellos que es preciosa de leer. Asimismo Ann Martin tiene una pluma exquisita y cercana que te mete en la historia, pero sobre todo consigue que te encariñes con la pequeña, me ha emocionado mucho el final y ha conseguido que la primera impresión quedara prácticamente olvidada para disfrutar plenamente de lo que me quedaba por delante. También el libro es muy ágil, se lee en un suspiro gracias a unos capítulos cortos que te incentivan a leer más y más.

Los personajes están bastante bien construidos, pero sin duda el personaje estrella es Rose, una niña inteligente que tiene una lista de homónimos, sigue al pie de la letra su rutina, la cuesta entablar conversación con sus compañeros o está obsesionada con seguir las reglas y si los demás no las siguen no duda en advertirles de sus errores una y otra vez. Es muy perspicaz, y la verdad es que se gana nuestro cariño enseguida, además al ver su situación empatizamos con ella. También está Weldon, su tío, que la comprende y la ayuda, es un amor de hombre; con su padre, Wesley, en cambio, tengo sentimientos encontrados. Hay otros secundarios como los compañeros de clase, su profesora o su profesora asistente Leibler que la ayuda en clase, con sus relaciones y comportamientos.

En una niña llamada Rose nos vamos a encontrar amistad, familia, emociones y una protagonista que se gana nuestra simpatía. Una novela corta pero intensa que trata el tema del autismo de manera cercana.