Reseña Bruja oscura de Nora Roberts

Iona Sheehan visita por primera vez Irlanda, tierra de sus antepasados. En Estados Unidos ha dejado a unos padres distantes e indiferentes, sus amigos, su trabajo y el sueño de convertirse en jockey para dar salida profesional a su pasión por los caballos. Pero sobre todo ha dejado a su abuela, la persona que le ha contado tantas historias sobre sus antepasados, una saga de hechiceras que se remonta al siglo xiii, en los años en que vivió la Bruja Oscura. Iona llega al condado de Mayo acompañada de ilusión, optimismo y el amuleto que le había regalado su abuela al despedirse: un caballo de cobre. Allí se instala en un fascinante castillo, se reencuentra con sus primos lejanos, Branna y Connor O'Dwyer, y empieza a trabajar para Boyle McGrath, el atractivo propietario de los establos, quien le cuenta una antigua leyenda según la cual la hija menor de la Bruja Oscura hablaba con los caballos y aprendió a montar antes que a andar...

1.263 en una pequeña cabaña que se encuentra en los bosques de Irlanda vive Sorcha, la bruja oscura, ella y sus tres hijos pequeños esperan el regreso de su amado pero un mal poderoso y antiguo les acecha, Cabhan, un brujo que quiere obtener el poder de Sorcha para poder someter al mundo. Sorcha tendrá que tomar la decisión más difícil de su vida y con ello maldecir al poderoso brujo para que sus descendientes puedan acabar con él.

En la actualidad Iona quiere encontrar su lugar en el mundo, conectar con sus raíces y conocer de primera mano las innumerables leyendas que su abuela le ha contado desde pequeña sobre la magia y la conexión con sus antepasados. Así viaja a Irlanda e intima con Branna y Connor, sus primos que al igual que ella son descendientes de la Bruja oscura y poseen poderes, y con Boyle, un hombre rudo, cortante y su jefe, por el que se siente atraída.

Pero su llegada desatara el poder de Cabhan y precipitara todo a la batalla a la que están destinados. ¿Estará preparada cuando llegue el momento? ¿Será el fin o conseguirán vencerle?

Es el primer libro que leo de Nora Roberts y la verdad es que me ha dejado muy buen sabor de boca. Este libro es el primero de la trilogía de los O’Dwyer y ha me ha parecido un poco introductorio, sin embargo la combinación de romance, magia y aventuras me ha encantado. Todo esta en su justa medida, muy bien dosificado y por eso la trama a pesar de su sencillez mantiene enganchado y pegado a sus páginas.

La ambientación es increíble, los paisajes de Irlanda, la manera en la que la leyenda, la magia, la oscuridad se ve impregnada en cada lugar. Las descripciones te trasportan, los diálogos están cargados de significado y la magia es un elemento clave que predomina en toda la novela, donde vemos hechizos, el poder de los elementos o las armas necesarias, me ha gustado mucho toparme con esta parte sobrenatural. También nos encontramos un romance que aunque no sea perfecto es muy bueno, por el equilibrio que se brindan los dos personajes, tan opuestos, y por ver como aunque sea algo inmediato luego poco a poco se va desarrollando. A su vez hay amistad, vínculos familiares, contacto y conexión con la naturaleza y los animales. Es bastante completo a pesar de pecar de ser demasiado introductorio, al menos también hay algo de intriga y acción, y por supuesto nos presentan al resto de los personajes que tomaran más importancia en los demás libros de la serie.

En esta ocasión los protagonistas son Iona, una chica falta de amor que se entrega al máximo y espera lo mismo de los demás, es alegre, demasiado habladora e ingenua pero tiene un gran corazón y voluntad. Como representación masculina esta Boyle, atractivo, rudo, seco, con un carácter endemoniado. Y el resto de los personajes son Connor, un encanto, dulce, atento; Branna que es fría y poco cariñosa; Fin, también bastante frío y misterioso y Meara, la amiga de Branna, fuerte y luchadora. Por lo que he podido leer el siguiente libro va a ser de Connor y como me ha gustado tanto su personaje por su forma de ser pues tengo ganas de leerlo, aunque sin duda creo que el que más me va a fascinar es el de Branna y Fin, porque su historia tiene mucha chica.

Lo único que he echado de menos es un poco más de profundidad en los personajes y en la trama y tal vez que el romance fuera un poco menos instantáneo y más complicado, con más desarrollo a pesar de que lo que prima al principio es la pasión y luego va a más (que por cierto la pasión esta muy bien contada, en su justa medida y sin resultar vulgar, sino muy elegante).

Magia, amor, hechizos, un mal ancestral, amistad y familia se aúnan en un principio de trilogía muy bueno.