Reseña Marca de nacimiento de Caragh M. O´Brien

En un futuro agostado por el sol inclemente, donde el agua es más valiosa que el oro, hay quienes viven dentro de las murallas del Enclave y quienes, como Gaia Stone, comadrona de dieciséis años, viven extramuros. Gaia siempre ha creído que su deber, como el de su madre, es entregar una pequeña cuota de bebés saludables a los residentes del Enclave, a pesar de que, fuera del recinto, nadie vuelve a tener noticias de ellos. Sin embargo, cuando aquellos a los que sirve tan escrupulosamente encarcelan a sus padres, se cuestiona todas sus creencias. Gaia solo puede hacer dos cosas: entrar en el Enclave para rescatar a sus padres o morir intentándolo.

Hoy en día hay tantas distopías en el mercado que es difícil decidirse por una, también hay cierto reparo en encontrarte con lo mismo de siempre. Marca de nacimiento es una de esas distopías que llenan las librerías, pero puedo aseguraros que es una novela que dentro de este género sobresale por su originalidad y la fuerza de la historia y la protagonista. 

Los marcados con un código determinarán el futuro, la marcada por una cicatriz desentrañará el pasado.

Nos situamos en el año 2.400, -año arriba, año abajo.- La vida ya no es tal y como la conocemos ahora, el combustible se ha agotado, el agua escasea y por ello es casi un privilegio, la comida se raciona, no hay electricidad… parece que en vez de en el futuro nos hubiéramos transportado a la Edad media. Al menos esa es la impresión que nos da al empezar el libro, las descripciones de los lugares, los métodos que se emplean tanto en medicina como a la hora de conseguir el agua, la vestimenta y la forma de vida, da una idea clara de que la humanidad no vive mejor de cómo lo hacemos nosotros en la actualidad.

Además la sociedad esta dividida en dos grupos muy diferenciados entre ellos por los privilegios de unos y otros. Existe el Enclave, una ciudad que fue creada después de tocar fondo, una ciudad para la esperanza donde se vive con todas las comodidades existentes. Los del exterior son separados de esta ciudad por una muralla. Esta gente se divide en sectores orientales y occidentales y numéricamente, sus vidas son sencillas, pacificas pero en la pobreza. Todo esta racionado, no tiene ni luz ni agua corriente y los recursos con los que cuentan son mínimos. Teniendo en cuenta esto no es de extrañar que no se quejen ni luchen por mantener a sus hijos con ellos, porque estas personas entregan cada mes a 3 bebes (en cada sector) al Enclave, estos bebes son los ascendidos y los que disfrutaran de una vida maravillosa en la ciudad. 

Al menos esto es lo que cree fervientemente Gaia, nuestra protagonista, comadrona y sirviente del Enclave y el Protector - El que gobierna- hasta que sus padres son arrestados y llevados dentro de las murallas, dejándola a ella sola y a cargo de todos los nacimientos. A partir de aquí la vida de Gaia cambia radicalmente, sus principios y creencias se ven truncadas al adentrarse de forma ilegal en el Enclave para salvar a sus padres, y descubrir que no todo es tan maravilloso como se lo hacían ver.

"[...] Hay cosas sobre las que, una vez hechas, no puedes hacerte preguntas, porque si te las haces eres incapaz de seguir adelante. Y tenemos que seguir, todos y cada uno de los días."

Es una historia asombrosa, con una trama exquisita y llena de matices que la hacen única. El asunto del los bebes ascendidos -con todo el misterio que la envuelve-, la búsqueda de sus padres, lo que se esconde en la ciudad y la forma en la que te hace reflexionar sobre la humanidad, la crueldad, etc., consiguen que Marca de nacimiento te atrape en este futuro en lo que nada es tal y como parece.

No solo esto, sino que nos encontraremos con constantes cambios y giros que nos dejaran alucinando, porque no los ves venir. 

Si bien el ritmo en un principio es algo lento, llega un punto en el que no se puede parar. Los frecuentes giros arguméntales, la acción que desde un principio nos deja sin aliento, los misterios e intrigas que se van desvelando poco a poco, y la sociedad del Enclave, enganchan hasta tal grado que se convierte en una adicción. La narración de la autora también ayuda mucho, y los diálogos tan completos y fascinantes que nos ofrece. No pensé que me fuera a gustar tanto y eso que ya había visto que el libro estaba gustando a todo el mundo. 

Él retrocedió medio paso, cerró los ojos y asintió. Gaia sintió un ramalazo de vergüenza y se puso como un tomate. Había creído, por un segundo había creído que ella le gustaba. Y él, gentilmente, había fingido olvidar, por un segundo, que su cara era medio horrorosa. Sentía tanta vergüenza que estaba a punto de marearse.

Los personajes son increíbles, desde Gaia que es valiente y fuerte, decida y tenaz. Me atrae su carácter, el empeño que pone cuando se propone algo, como consigue -hasta cierto punto- que no le afecte lo que la gente la pueda decir y como la miren por la cicatriz que la diferencia de los demás y la convierte en alguien de los “raros” hasta con las personas del exterior. Es un personaje marcado, que dicta la diferencia. Y el sargento Grey, otro personaje que me ha encandilado. Su vida, su pasado, esa mascara que oculta lo que en realidad es. Es un muy buen personaje. También se habla de la figura del Protector, aparecen los padres de Gaia, gentes tanto del Enclave como de fuera que aportan su granito de arena aunque no acaben de desarrollarse.

Como era de suponer no solo nos vamos a encontrar con una novela futurista en la que se plantea a la perfección una sociedad digna de conocer, no solo nos vamos a chocar con la acción y a desvelar los secretos que se esconden dentro de esas murallas; también hay cabida para el amor. No es un amor pasteloso, ni tiene mucho protagonismo hasta casi el final, pero tenia que dejar aquí constancia de su presencia porque es uno de esos romances que a mí me gusta.

Para ser el principio de una trilogía, Marca de nacimiento esta rebosante de todos los ingredientes que atraen a un lector. No le falta de nada y no deja ningún cabo suelto. El final es de infarto, y la continuación es tan esperada como para los habitantes de 2.400 el agua de lluvia.

Una novela extraordinariamente sublime.

 

*Gracias a Everest por el ejemplar para reseña