Reseña El arte de engañar al karma de Elísabet Benavent

Una aspirante a actriz cansada de hacer castings...

Un artista reconocido en plena crisis creativa...

Unos valiosos cuadros encontrados en un desván...

Y el arte del engaño para cambiar las leyes del karma.

El descubrimiento de unos cuadros cambiará radicalmente la vida de Catalina, que no sabe qué rumbo tomar en su futuro laborar, está harta de no lograr enamorarse y cada vez está más hastiada de todo lo que le rodea. 

Es el primer libro que leo de la autora y menudo chasco me he llevado, aunque he leído varías opiniones que dicen que es el peor de ella ya no sé qué pensar. Es una novela que ronda las 700 páginas, una comedia romántica llena de enredos, amistad, pasión, descubrimiento de uno mismo y mucho arte (literal). Es considerablemente ágil, aunque a mí me ha costado un poco terminarlo y me ha gustado la parte de la amistad y la familia, creo que el grupo de compañeras de piso y la relación que tienen es para mí lo mejor. En cuanto a todo lo demás… no he disfrutado de nada. 

Como decía es un libro que es bastante rápido de leer, la narración que emplea la autora es cuánto menos peculiar, los diálogos, las escenas y el lenguaje con coloquiales y la construcción de personajes es bastante sencilla y repleta de clichés, asimismo mete reflexiones y metáforas más profundas y enrevesadas que realmente no aportan mucho a la historia, más bien son florituras que a mí me sobraran. Así que he llegado a la conclusión que el estilo de la autora no es para mí, no me gusta la historia, pero es que tampoco me ha convencido la manera en la que lo cuenta, todo tan superficial y queriendo dar un punto de distinción que a mí ni fu ni fa. 

Los personajes son súper planos, típicos y algunas veces odiosos. Sobre todo, no he aguantado a Catalina, la protagonista, que tiene treinta años, pero como si tuviera 5 lo mismo da, es egoísta, manipuladora, arrolladora en el mal sentido, con mil pajaritos en la cabeza y obstinada. El personaje masculino tampoco ha sido santo de mi devoción, Mikel, es demasiado reservado, no tiene chispa ni carisma (por mucho que a Catalina se le caiga la baba con él), es hosco y cabezota. Las decisiones que toman Uff pero es que su relación pasa de no ser nada a estar metidos hasta el fondo, no me los he creído en ningún momento y el drama que se agrega al final pues no viene a cuento, son dos egoístas que no pegan para nada, no he visto amor ni pasión ni me han hecho sentir nada, su relación me ha dejado fría. Los demás personajes son meros peones de la vida de los dos personajes principales. Por cierto, tenemos la suerte de contar con el punto de vista de los dos, así que conocemos mejor lo que piensan, sienten y desean. 

La historia en general es absurda y no tiene ni pies ni cabeza, todo empieza raro y termina aún más raro. El desarrollo de los personajes sucede de repente cuanto se tiran 600 páginas sin cambiar de actitud y bueno es que no lo he disfrutado en ningún sentido, me ha parecido todo surrealista, me ha aburrido y no soportaba s los personajes. Así que no creo que lea por el momento nada más de la autora y si en el futuro me animo leeré la saga de Valeria que es la más conocida y la que más me han recomendado. Me joroba bastante todo esto porque iba con mil ganas tanto de la historia que me atraía mucho y me parecía diferente por tener el tema del arte tan presente como por la autora que quería probar, pero bueno, es lo que hay y recordar que es solo mi opinión y sensaciones, que si queréis darle una oportunidad adelante.

Una novela romántica sencilla, llena de enredos y personajes estereotipados.